Salimos del Lodge en camión para dirigirnos a cruzar la frontera que separa Sudáfrica de Swazilandia. En la frontera pasamos los tramites correspondientes sin muchos incidentes y nos adentramos en el país. Swazilandia es un pequeño estado soberano situado en el África Austral o del Sur, en las estribaciones orientales de los Montes Drakensberg, entre Sudáfrica y Mozambique, su forma de gobierno es la monarquía absoluta, compensa su exiguo tamaño con su rico legado cultural y un distendido ambiente, a pesar de la gran pobreza que existe en el país sus gentes son hospitalarias y el visitante podrá disfrutar observando la fauna y la flora, sus fantásticos paisajes y vivas tradiciones, aunque también aviso de que vera pobreza y miseria en contraste con la riqueza y la figura del rey (presente en todos los edificios y lugares). Esto no puede parecer normal en un país donde el 69% de su gente vive con nada y menos, pero no tanto si se mira el bolsillo del rey. Mswati III es uno de los monarcas más ricos del mundo.
El país recibe su nombre de la tribu suazi y exporta principalmente azúcar y madera ya que tiene grandes plantaciones azucareras las cuales vemos a lo largo del camino y también fábricas madereras. Tiene el triste registro de ser el país del mundo con mayor porcentaje de Sida en su población, porque uno de cada cuatro habitantes tiene VIH, el 40% de la población tiene el Sida, es difícil atravesar el país sin ver alguno de sus proyectos contra esta enfermedad y de ver maquinas expendedoras de preservativos en distintos lugares (en la propia frontera, establecimientos y aseos, etc...).
Parque Nacional Hlane |
Al entrar por la puerta del Parque vemos que están expuestos como trofeos distintas mochilas, calzados y gran cantidad de alambradas que han pillado a los furtivos que intentaban entrar en el Parque y conseguir atrapar a un rinoceronte y a su preciado cuerno que tanta fama le ha dado y que es la razón principal de su caza y de su desgracia. La creación de santuarios, así como una protección excesiva, parece haberse estabilizado el número de ejemplares restantes, si bien la situación sigue siendo crítica. A pesar de que las leyes nacionales e internacionales protegen plenamente al rinoceronte, continúa habiendo comercio ilegal. Hoy en día sólo quedan unas 3.000 cabezas en zonas protegidas del este de África. En él hay distintas zonas separadas para diferentes animales con puertas y alambradas, de hay que según la zona que visites el guía te informara de las clases de animales que te puedes encontrar.
Rinoceronte blanco en el Parque Hlane |
Antes de empezar el recorrido, un Ranger del propio parque nos da una serie de instrucciones para que el paseo sea seguro, no va armado, solo lleva un palo que, según nos cuenta él, nos protegería de cualquier ataque. Debemos marchar tras él en fila india y en absoluto silencio, los rinocerontes tienen buen olfato pero muy mala vista, son capaces de distinguir a una persona inmóvil a mas de 30 metros de distancia, los ojos están situados a ambos lados de la cabeza, su oído es muy fino y los pabellones auriculares son de tipo tubular moviéndose rápidamente en la dirección de donde proviene el sonido, pero su sentido mas desarrollado es el del olfato ya que el volumen de tejido olfativo en el hocico supera al del cerebro. Si en un momento dado el Ranger levantaba el brazo con el puño cerrado, todos tendríamos que permanecer quietos y en silencio. Si se diera el caso de que un rinoceronte se dirigiera hacia nosotros para atacarnos, no deberíamos de echar a correr, ya que estos animales son mucho más rápidos que nosotros, sino que tendríamos que tumbarnos en el suelo para pasara por encima o buscar cobijo o protección detrás del tronco de un árbol.
Nuestros alojamientos se encuentran en la Región de Nisela, vamos a pasar la jornada en cabañas tradicionales, compuesta por un círculo de cabañas redondas construidas en paja, y una puerta muy estrecha y baja, como me temía es una recreación de las cabañas de antaño, estas no son construcciones originales pero sí una clara demostración de dónde vivían antes los antiguos Swazis. Es una experiencia curiosa y novedosa que por lo menos a mi me parece simpática y llamativa, además de estar en concordancia con el lugar, aunque reconozco que las personas que sufran en los espacios reducidos y cerrados, al igual que tengan una movilidad limitada o dolencias en las piernas les va a parecer un verdadero suplicio por su tamaño y forma. Pero como se suele decir en "peores plazas hemos toreado".
CABAÑAS TRADICIONALES DEL POBLADO DE NISELA EN SWAZILANDIA
Para terminar esta dura jornada, y como la temperatura ya no es tan calurosa y si muy agradable, que mejor manera de hacerlo que con una autentica barbacoa africana que nos han preparado tan amablemente los chicos, y que disfrutamos a las mil maravillas bajo un cielo espectacular, viviendo unos momentos mágicos en torno a una gran hoguera, con comentarios de situaciones curiosas y anecdóticas de lo que llevamos de viaje, y de otros viajes realizados.
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